Beneficios de andar descalzo
Cuando tenemos un bebé nos preguntamos millones de cosas. Sobre todo, si somos padres primerizos.
Qué postura es la más adecuada para dormir, si debemos abrigarle mucho o poco, si en el cochecito debe ir en capazo al principio o con las famosas “maxi cosi”…
Una de las dudas más recurrentes de los padres es cómo deben calzar a sus hijos. Para resolverla, lo primero siempre es ayudarse de expertos, tanto en Pediatría como en Podología y Fisioterapia. Y aquí es donde entra Stillness Espai de Salut para asesoraros a través de nuestro equipo en estas dos últimas especialidades.
El sentido común impera, sobre todo si estamos hablando de la salud y el bienestar del bebé, que pasa calor y frío como un niño o como un adulto. Es decir, si nosotros tenemos frío en los pies, nuestro bebé probablemente también. Y lo mismo ocurre en el caso contrario. Pero no hay que forzar situaciones y por ello, cuando es un recién nacido, recomendamos calzarle con calcetines, polainas, peucos, patucos….. Y, evidentemente, si estamos dentro de los meses de verano, lo mejor es llevarles descalzos.
Hasta aquí, genial. Problema resuelto pero….¿qué ocurre cuando el bebé quiere gatear y más tarde ponerse de pie?. Empezamos a mirar zapaterías de niños en cada uno de nuestros paseos y a preguntarnos si será buena una sandalia o un zapato cerrado, si alto de tobillo o que no se lo cubra….
Bien, pues vamos a intentar solucionar estas cuestiones desde este artículo. Lo primero que hay que saber es que lo más recomendable es que el bebé vaya descalzo en su gateo ya que siempre va a tener que hacer un poquito de apoyo en las puntas de los pies para poder gatear. Si hace frío, lógicamente le pondremos algo que le cubra el pie, pero sin suela y que no le resbale demasiado.
Esto es así porque todos los bebés tienen los pies planos cuando nacen, de manera que no es conveniente obligar al niño a que comience a caminar. A medida que crecen, adquieren fuerza en los músculos de todo el cuerpo y también de sus extremidades, así que según se desarrolla su caminar, se va formando el arco plantar, y esa es la razón por la que insistimos tanto desde este artículo en los beneficios que tiene para un niño moverse descalzo, para llegar a la siguiente fase con éxito.
Debe hacerlo, simplemente, cuando esté preparado, desarrollándose por sí mismo, porque cada niño tiene su momento y lo notaremos cuando sea capaz de levantarse sin ayuda y de caminar unos pasos.
Calzado adecuado para los bebés
Con todo, si deseamos comprarle algún calzado, es preferible recurrir a la tela, que es lo más flexible que hay para facilitar el movimiento natural de sus extremidades. Con una suela igualmente “blanda” y sin plantilla, para facilitar la posición del arco del pie del bebé.
Una vez caminan y con el arco plantar desarrollado y asentado, será positivo seguir con un zapato flexible, reforzado en punta y en talón y, por supuesto, de calidad en sus materiales y que no pese. El niño debe sentirse seguro ante sus tambaleos en el inicio de la marcha, pero también libre para hacerlo.
Relacionado con el anterior párrafo, comentamos que en los últimos años ha habido diversidad de opiniones acerca de si es mejor que el calzado del niño, una vez camina, cubra o no cubra el tobillo. Una pregunta muy habitual que los padres hacen a Andrea Montes, podóloga de Stillness.
“El pie plano puede darse por diferentes causas, óseas, musculares y ligamentosas o neuromusculares”, comenta Andrea, quien añade que también puede ser “flexible o rígido”. Esta diversidad es la que hace que sea tan importante consultar siempre con un profesional si nos preocupa la manera de caminar de nuestro hijo.
Mi hijo tiene los pies planos
Por norma, todos los niños tienen pies planos porque poseen mucha flexibilidad y grasa plantar, la estructura ósea del pie aún no se ha formado y no tienen potencia muscular, comenta esta podóloga. Cuando estas características se regulen, el pie adquiera su forma ósea, se gane fuerza muscular y se pierda grasa plantar y flexibilidad, será cuando aparecerá el arco plantar, en torno a los 4-7 años de edad.
Con respecto a la fase en la que el niño se pone en pie, Andrea Montes indica que, previamente, el bebé necesita haber reptado, volteado y haberse sentado por sí mismo. “De esta manera, se tonifican bien los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga una buena higiene postural y una correcta locomoción”.
Según la opinión de la especialista de Stillness Espai de Salut, no se recomienda el uso del andador para los niños, puesto que “impide el desarrollo de la marcha normal y otras actividades motrices” y que es, según datos de la Asociación Española de Pediatría, la segunda causa de accidentes en niños en el segundo semestre de vida.
“No debemos poner impedimentos al desarrollo propioceptivo, neuromuscular e intelectual del niño encerrando sus pies en un calzado que no necesita”, afirma Andrea Montes ya que, al contrario, “se deberá estimular a los niños a disfrutar de su cuerpo y de su motricidad con los pies descalzos”.
¿Cómo elegimos un buen calzado?
Concretamente, ¿en qué deben fijarse los padres cuando van a comprar los primeros zapatos de sus hijos?.
En palabras de esta podóloga, los padres deben primar la biomecánica por encima de la estética. Algunos requisitos a tener en cuenta son:
- Suela flexible.
- Debe respetar la longitud y anchura del pie, los dedos deben poder moverse dentro del calzado.
- Buena sujeción a nivel del empeine (cordones o velcro).
- Altura que no sobrepase el tobillo e impida el correcto desarrollo de la musculatura.
- Contrafuerte semirrígido y consistente.
- Combinación de ligereza, estabilidad y confort.
- Sin plantillas que eleven el arco.
Esperamos haber resuelto vuestras razonables dudas, ya que la salud, ya lo sabéis, empieza por los pies o al menos, eso dicen. Y bueno, para finalizar, añadir que vivimos en una ciudad con unas playas muy favorecedoras para que los niños caminen por la arena prácticamente todo el año. Con este clima, una de las mejores excursiones que hay para desarrollar el arco plantar …