PORTEAR NO ESTÁ DE MODA. ¡HA EXISTIDO SIEMPRE!

Muchas de las madres que acudís con vuestros bebés a Stillness Espai de Salut lo hacéis con ellos pegaditos a vuestro cuerpo. Sabedoras de los beneficios que ello conlleva, hoy vamos a contar en este artículo por qué es tan bueno portear, comenzando por lo más esencial, criar a vuestro hijo en el apego, algo que ambos agradeceréis, sin ninguna duda.
Hasta que un señor llamado W.H. Richarson patentó en 1889 el cochecito de bebé (el más parecido a los actuales), ¿cómo llevaban nuestros antepasados a los recién nacidos y a los bebés?. Pues…¡porteándolos, desde luego y en todas las civilizaciones!. Y desde la Prehistoria, seguramente….Así que, ¿por qué todavía nos planteamos si es bueno o no llevar a los niños con nosotros al brazo?.

Como centro de Fisioterapia y Osteopatía, vamos a referirnos al porteo en todos los aspectos relacionados con ambas disciplinas. Sin olvidarnos de los beneficios emocionales que nos proporciona tanto a nosotros como a los bebés.

BENEFICIOS DEL PORTEO

  • Favorecemos el correcto desarrollo de su cadera y de su columna.
  • Si le llevamos en posición vertical, le llevamos vientre contra vientre, postura óptima para prevenir y reducir los cólicos del lactante y el estreñimiento porque así se regula el tránsito intestinal y la digestión.
  • Portear al pequeño le tranquiliza y le facilita el sueño, ayudando a que duerma mejor.
  • Fomenta la adquisición de los reflejos primitivos y el desarrollo psicomotor ya que el constante movimiento que producimos porteando hace que el cuerpo del bebé se adapte a ese balanceo, mejorando el equilibrio y el control postural.
  • Favorece la lactancia materna. Si quien le portea es la mamá que está dando de mamar en esa época, la liberación de oxitocina está asegurada.
  • Mejora la capacidad respiratoria, de forma que si el bebé tiene problemas respiratorios, el porteo puede reducirlos.
  • Previene los dolores de espalda al coger al bebé.

Por otro lado, y con el mercado de productos que tenemos a nuestro alrededor, surge una duda sobre cómo se portea y cuál es el mejor elemento para ello. La ergonomía es la clave. El niño tiene que adoptar su posición natural, la que presentaba en el útero de la madre, con la espalda en forma de “C” y sentado con las piernas flexionadas, como si fuera una ranita, con las rodillas por encima de la cadera, formando una “M” con respecto al culete. Siempre de cara a la persona que le lleva, nunca mirando hacia delante y siempre a la altura del pecho, un poco por debajo de la barbilla del adulto.

A gusto del porteador…

Hay muchas clases de portabebés. Si entras en una tienda especializada en el tema (afortunadamente cada vez hay más), te preguntarán por el tiempo que te planteas portear, la distancia que se va a recorrer, el clima de la zona, la edad del niño y su desarrollo físico, si vas a ser tú la única persona que le vas a portear o van a ser más en tu entorno, etc…

De cualquier manera y como sobre gustos no hay nada escrito, aquí va un listado de los tipos de portabebés más comunes que podemos encontrar en el mercado:

– Bandolera: para porteo puntual. Es una tela larga con dos anillas en un extremo. El peso se reparte entre el hombro y la espalda. Se puede portear con ella desde el nacimiento y en distintas posiciones. Perfecta si aprovecha la mamá para amamantar con el bebé a cuestas y muy fácil de utilizar.
– Mei-tai: de origen oriental, se puede decir que es facilísimo de usar. Cuerpo rectangular y cuatro tiras, dos de ellas se anudan a la cadera. Se puede emplear delante y detrás y lo recomendable es que el bebé tenga ya unos 6 meses de edad, porque es mejor cuando ya se puede sentar solo. El peso queda repartido entre las caderas y hombros del portador. Los hay evolutivos que se pueden utilizar hasta los 4-5 años de edad, en función del peso del niño.
– Fular: aquí podemos distinguir entre el “tejido” y el “elástico”. El primero de ellos consiste en una tela larga que se anuda, ajustándose al cuerpo de porteador y bebé. Es el que mejor funciona porque se adapta a todas las etapas del bebé y tiene un buen soporte pero se necesita de práctica porque hay que anudarlo con el bebé en los brazos. En cuanto al “elástico”, se le añade fibra elástica para que se haga un anudado previo, antes de colocar al bebé en él. Gracias a ello, si se quiere meter o sacar al bebé las veces que se necesite, no hace falta deshacer el “previo”. La diferencia con otros es que este se aconseja llevar hasta los 10 kilos del bebé, aproximadamente.
– Mochila ergonómica: en este apartado debemos observar bien lo que compramos. No todas son ergonómicas aunque nos las ofrezcan como tal. Las que efectivamente lo son cuentan con tiras anchas y acolchadas y así se reparte el peso en los hombros. Además, tienen una banda ancha en la cadera donde cae la mayoría del peso. Se ajusta con correas, cremalleras o trabillas y se abrocha con cierres automáticos. Esta modalidad de porteo no se aconseja desde el nacimiento sino desde el momento en el que el bebé pueda sentarse.

Concluyendo y después de esta explicación que esperamos haya sido de vuestro interés y utilidad…..portear es lo mejor del mundo, al menos desde nuestro punto de vista. Y cuando os digan eso de…”no le cojas al brazo, que se acostumbrará…” puedes contestar tranquilamente que eso es lo mejor para el bebé, que se acostumbre al calor, al olor de su madre y a los brazos, porteando, por supuesto.