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BUENA NUTRICIÓN, PIES DE LUJO

Estamos seguros de que habéis leído o escuchado una de las frases estrella sobre la relación entre nutrición y salud: “Somos lo que comemos”. Millones de veces se repite a lo largo del día porque no puede ser más verdad y de la buena, además.
Nuestra salud, inevitablemente, comienza por nuestros hábitos alimenticios y una mala gestión de los mismos hace que nuestro organismo se resienta, de la cabeza a los pies, literalmente hablando.

En Stillness Espai de Salut disponemos, ya lo sabéis, de los servicios de Podología y de Nutrición. Nuestros especialistas realizan cuestionarios previos a sus pacientes para conocer, entre otros aspectos, el estado de su «educación» alimenticia, de manera que puedan dar con el tratamiento más adecuado si es que al paciente se le rompen las uñas con facilidad (queratina débil), presenta mal olor en los pies o alguna enfermedad grave como gota o diabetes.
Todos los nutrientes son necesarios para nuestro bienestar físico y emocional que, además, debemos acompañar, sin duda, de ejercicio físico pero….¿sabemos dónde están o qué alimentos son los mejores para evitar el mal estado de nuestros pies?. Hoy vamos a tratar tres de estos problemas en concreto:

En primer lugar, hablaremos de la circulación en la sangre que siempre será mejor si no nos pasamos con la sal, las grasas saturadas o los embutidos. Por el contrario, lo mejor que podemos hacer es beber entre 1´5 y 2 L de agua al día y recurrir a productos que ayuden al retorno de la sangre por las venas y que sean vasodilatadores. Un buen ejemplo, las NUECES aunque también podemos ayudar con alimentos como los tomates, los limones, el jengibre, etc. Os aseguramos que vuestros pies lo agradecerán y que, seguro, tendrán menos posibilidades de tener varices, por ejemplo.
Igualmente, aquellas en el caso de aquellas personas que tienen siempre los pies fríos. ¿Acaso os habéis preguntado alguna vez si la alimentación que seguís influye en ello?. Pues parece ser que sí y es que, por ejemplo, cafeína y lácteos reducen el aporte de la sangre al pie, aumentando la sensación de frío en esa zona. Igual que en la circulación sanguínea, os aconsejamos vasodilatadores como el ajo pero también, que consumáis especias picantes como la pimienta o la cayena. El magnesio, las vitaminas E, K, C y el calcio ayudarán a mejorar la fluidez de la sangre en los pies.
En cuanto a la retención de líquidos, que conlleva generalmente a una hinchazón de los pies (que va de la hinchazón leve a la incapacitante en ocasiones para caminar), generalmente la asociamos al sobrepeso pero no siempre es así. Puede que tengamos un peso adecuado pero que no cuidemos la depuración del organismo, para lo cual lo mejor es recurrir a alimentos de carácter diurético (piña, pepino, alcachofa, espárragos…) y a las infusiones, que ayudarán a eliminar el exceso de líquidos que podamos tener.
Después de tratar estos problemas, os sugerimos que acudáis a Stillness Espai de Salut para solucionar estos u otros relacionados y lo hagáis desde la perspectiva multidisciplinar que contemplamos en nuestro centro. ¡Seguro que os podemos ayudar!

Etiquetas: Archivado en: Blog,NUTRICIÓN,Podología,podología Stillness Espai de Salut,Stillness,tobillo Publicado en: 30/04/2019

CUANDO LA FASCITIS PLANTAR TE HACE LA VIDA IMPOSIBLE

Siempre se ha dicho que los pies son el soporte de nuestro cuerpo. Tanto que si nuestras extremidades inferiores sufren por algún tipo de dolor, probablemente repercutirá en otras partes del organismo, sea a nivel orgánico o estructural.
El pie humano es complejo. Si lo observamos, podemos ver que la planta no es completamente plana. La parte interna, o arco plantar, es diferente en cada persona y se eleva en mayor o menor medida (pie cavo o pie más plano), por lo que determina, junto con el tipo de pisada, la postura corporal de cada individuo.
Las estructuras encargadas de crear el arco plantar son los huesos, ligamentos, músculos y la fascia del pie. Esta última, denominada “fascia plantar”, se encuentra entre las primeras falanges de los dedos de los pies y el talón, y es la continuación del tendón de Aquiles, la aponeurosis del gemelo y el sóleo y los isquiotibiales, formando la parte de la cadena miofascial posterior.
Este tejido es importantísimo para la marcha humana puesto que hace que disminuya la carga de todo el cuerpo sobre el talón. Por otra parte, la fascia ayuda a mantener la adherencia al suelo y a propulsar el pie al caminar. Sin embargo, también puede resentirse por determinadas circunstancias y llegar a lesionarse.

¿Qué ocurre cuando ese tejido se inflama?, ¿cuáles son las causas que pueden llevar a su hinchazón?

La inflamación de la fascia plantar recibe el nombre de “fascitis plantar” y se trata de una patología muy frecuente que ocurre cuando “abusamos” de la musculatura de la zona, exponiéndola a un sobreuso.
La característica más obvia que presenta esta inflamación es el dolor intenso en el talón o en todo el recorrido que realiza el tejido por la planta. La fascitis plantar suele darse bien por la forma que tenga el pie, bien por la de la pisada, por el acortamiento en cualquier punto de la cadena miofascial posterior, problemas en la pelvis o en la postura, entre otros. De hecho, los factores más recurrentes suelen ser:
-pie cavo o plano
-acortamiento del tendón de Aquiles
-sobrepeso
-calzado inadecuado
-actividad deportiva realizada inadecuadamente

Nadie está exento de padecer en algún momento de su vida fascitis plantar pero hay causas que favorecen, sin duda, su aparición más rápidamente. En las mujeres, por ejemplo, es recomendable dosificar el uso de los tacones altos, por ejemplo, porque con el tacón, se acortan los músculos de la pierna y eso es un factor desencadenante de la fascitis. Es por esta razón que se recomienda controlar la altura del tacón del zapato y, si se está muy acostumbrada a llevar tacones, reducir progresivamente la altura de los mismos para que el pie tampoco sufra de manera drástica.

¿Qué tratamiento es recomendable para la fascitis?

Desde nuestro punto de vista, la solución más adecuada responderá a una interrelación de tratamientos podológicos, fisioterápicos y osteopáticos.
En ocasiones, será suficiente con llevar a cabo una rutina de ejercicios muy sencillos y masajes para relajar toda la planta del pie (pelota pequeña de goma, botella con agua congelada), estiramientos de la fascia, arrugar con los dedos una toalla, estiramiento de gemelos para estirar los músculos que conforman el tendón de Aquiles, etc..
Otros casos necesitarán de procedimientos algo más intensos como los basados en la terapia manual, la electroterapia o la laserterapia, la aplicación de vendajes funcionales y neuromusculares, infiltraciones, antiinflamatorios e incluso la elaboración de una plantilla que ayude a controlar los movimientos que han provocado el dolor.
En última instancia, puede ocurrir que la fascitis se dé junto a un espolón, que es una protuberancia ósea que aparece en la inserción de la fascia plantar a nivel del talón. Se puede tratar de una forma parecida porque suele aparecer a consecuencia de una fascitis sin tratar. Además, no suele precisar de cirugía, si bien tarda más tiempo en recuperarse.

Archivado en: Podología,podología Stillness Espai de Salut,Stillness,Terapia Manual,tobillo Publicado en: 14/05/2018

¡QUÉ ESCÁNDALO, UN BEBÉ DESCALZO ANDA SUELTO!

Cuando tenemos un bebé nos preguntamos millones de cosas. Sobre todo, si somos padres primerizos. Qué postura es la más adecuada para dormir, si debemos abrigarle mucho o poco, si en el cochecito debe ir en capazo al principio o con las famosas “maxi cosi”……
Una de las dudas más recurrentes de los padres es cómo deben calzar a sus hijos. Para resolverla, lo primero siempre es ayudarse de expertos, tanto en Pediatría como en Podología y Fisioterapia. Y aquí es donde entra Stillness Espai de Salut para asesoraros a través de nuestro equipo en estas dos últimas especialidades.
El sentido común impera, sobre todo si estamos hablando de la salud y el bienestar del bebé, que pasa calor y frío como un niño o como un adulto. Es decir, si nosotros tenemos frío en los pies, nuestro bebé probablemente también. Y lo mismo ocurre en el caso contrario. Pero no hay que forzar situaciones y por ello, cuando es un recién nacido, recomendamos calzarle con calcetines, polainas, peucos, patucos….. Y, evidentemente, si estamos dentro de los meses de verano, lo mejor es llevarles descalzos.
Hasta aquí, genial. Problema resuelto pero….¿qué ocurre cuando el bebé quiere gatear y más tarde ponerse de pie?. Empezamos a mirar zapaterías de niños en cada uno de nuestros paseos y a preguntarnos si será buena una sandalia o un zapato cerrado, si alto de tobillo o que no se lo cubra….
Bien, pues vamos a intentar solucionar estas cuestiones desde este artículo. Lo primero que hay que saber es que lo más recomendable es que el bebé vaya descalzo en su gateo ya que siempre va a tener que hacer un poquito de apoyo en las puntas de los pies para poder gatear. Si hace frío, lógicamente le pondremos algo que le cubra el pie, pero sin suela y que no le resbale demasiado.
Esto es así porque todos los bebés tienen los pies planos cuando nacen, de manera que no es conveniente obligar al niño a que comience a caminar. A medida que crecen, adquieren fuerza en los músculos de todo el cuerpo y también de sus extremidades, así que según se desarrolla su caminar, se va formando el arco plantar, y esa es la razón por la que insistimos tanto desde este artículo en los beneficios que tiene para un niño moverse descalzo, para llegar a la siguiente fase con éxito.
Debe hacerlo, simplemente, cuando esté preparado, desarrollándose por sí mismo, porque cada niño tiene su momento y lo notaremos cuando sea capaz de levantarse sin ayuda y de caminar unos pasos.
Con todo, si deseamos comprarle algún calzado, es preferible recurrir a la tela, que es lo más flexible que hay para facilitar el movimiento natural de sus extremidades. Con una suela igualmente “blanda” y sin plantilla, para facilitar la posición del arco del pie del bebé.
Una vez caminan y con el arco plantar desarrollado y asentado, será positivo seguir con un zapato flexible, reforzado en punta y en talón y, por supuesto, de calidad en sus materiales y que no pese. El niño debe sentirse seguro ante sus tambaleos en el inicio de la marcha, pero también libre para hacerlo.
Relacionado con el anterior párrafo, comentamos que en los últimos años ha habido diversidad de opiniones acerca de si es mejor que el calzado del niño, una vez camina, cubra o no cubra el tobillo. Una pregunta muy habitual que los padres hacen a Andrea Montes, podóloga de Stillness.
“El pie plano puede darse por diferentes causas, óseas, musculares y ligamentosas o neuromusculares”, comenta Andrea, quien añade que también puede ser “flexible o rígido”. Esta diversidad es la que hace que sea tan importante consultar siempre con un profesional si nos preocupa la manera de caminar de nuestro hijo.
Por norma, todos los niños tienen pies planos porque poseen mucha flexibilidad y grasa plantar, la estructura ósea del pie aún no se ha formado y no tienen potencia muscular, comenta esta podóloga. Cuando estas características se regulen, el pie adquiera su forma ósea, se gane fuerza muscular y se pierda grasa plantar y flexibilidad, será cuando aparecerá el arco plantar, en torno a los 4-7 años de edad.
Con respecto a la fase en la que el niño se pone en pie, Andrea Montes indica que, previamente, el bebé necesita haber reptado, volteado y haberse sentado por sí mismo. “De esta manera, se tonifican bien los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga una buena higiene postural y una correcta locomoción”.
Según la opinión de la especialista de Stillness Espai de Salut, no se recomienda el uso del andador para los niños, puesto que “impide el desarrollo de la marcha normal y otras actividades motrices” y que es, según datos de la Asociación Española de Pediatría, la segunda causa de accidentes en niños en el segundo semestre de vida.
“No debemos poner impedimentos al desarrollo propioceptivo, neuromuscular e intelectual del niño encerrando sus pies en un calzado que no necesita”, afirma Andrea Montes ya que, al contrario, “se deberá estimular a los niños a disfrutar de su cuerpo y de su motricidad con los pies descalzos”.
Concretamente, ¿en qué deben fijarse los padres cuando van a comprar los primeros zapatos de sus hijos?. En palabras de esta podóloga, los padres deben primar la biomecánica por encima de la estética. Algunos requisitos a tener en cuenta son:
 Suela flexible.
 Debe respetar la longitud y anchura del pie, los dedos deben poder moverse dentro del calzado.
 Buena sujeción a nivel del empeine (cordones o velcro).
 Altura que no sobrepase el tobillo e impida el correcto desarrollo de la musculatura.
 Contrafuerte semirrígido y consistente.
 Combinación de ligereza, estabilidad y confort.
 Sin plantillas que eleven el arco.

Esperamos haber resuelto vuestras razonables dudas, ya que la salud, ya lo sabéis, empieza por los pies o al menos, eso dicen. Y bueno, para finalizar, añadir que vivimos en una ciudad con unas playas muy favorecedoras para que los niños caminen por la arena prácticamente todo el año. Con este clima, una de las mejores excursiones que hay para desarrollar el arco plantar …

Archivado en: Bebés,Blog,Podología,podología Stillness Espai de Salut,Terapia Manual,tobillo Publicado en: 26/02/2018

¿A favor o en contra de inmovilizar un esguince?

¿Quién de nosotros no se ha hecho un esguince en el tobillo?. Seguro que en algún momento ha ocurrido, por una caída “tonta” o practicando algún deporte. Y nos lo han inmovilizado con una escayola o una férula durante unas semanas, con el “no lo apoyes”, “no hagas esfuerzos”, “mantén la pierna levantada”, “ponte hielo en la zona”….como compañeros de viaje durante ese tiempo.

Por suerte, el tratamiento para el esguince de tobillo ha ido cambiando con el paso de los años. Actualmente, en las urgencias de un hospital, el esguince suele inmovilizarse con un vendaje compresivo, no con una escayola. Pero ese vendaje suele prescribirse junto a un reposo y una inmovilización del pie que oscila entre 10 y 20 días, demasiado tiempo para una cura adecuada de la lesión.

Un esguince no es otra cosa que una distensión o una rotura de un LIGAMENTO, tejido que conecta un hueso con otro hueso para dar estabilidad y limitar la movilidad (por fuera del rango articular) de cada articulación. Proceder a inmovilizarlo tiene, como todo en esta vida, defensores y detractores, sobre todo si se trata de de esguinces leves o moderados.

 

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EL POR QUÉ DE UN ESGUINCE DE TOBILLO

La mayoría de los esguinces ocurren por un movimiento brusco en “inversión”, es decir, cuando el pie ha girado hacia adentro en un movimiento que sobrepasa el rango articular normal y se estiran en exceso los ligamentos de la parte externa de la articulación produciendo la lesión de los mismos.

Os explicamos en qué consisten los tres grados del esguince:

-1º grado o leve, cuando el ligamento sufre una distensión y puede llegar a romperse hasta un 5% de fibras del tejido.

-2º grado o moderado porque el ligamento sufre un desgarro o rotura parcial. Aparece más hinchazón y más dolor y se puede ver afectada también la cápsula articular. Habrá también mayor inestabilidad.

-3º grado o grave que se da cuando el ligamento se rompe del todo y, con ello, pueden aparecer más lesiones en las estructuras del tobillo (por ejemplo, fractura del peroné). Es en este caso cuando SÍ es necesaria la inmovilización e incluso, muchas veces, una intervención quirúrgica. El tratamiento fisioterápico empezará más
tarde dependiendo de la evolución del paciente.

Si acudimos al médico y su diagnóstico es que se trata de un esguince de 1º ó 2º grado, lo más recomendable es acudir a la consulta de Fisioterapia al menos después del tercer día de la lesión. En caso de que se prevea que es más grave, lo mejor será realizar una radiografía, en la que se verá el alcance total del daño.

El paciente también puede optar por acudir directamente a la consulta de Fisioterapia, donde el terapeuta realizará un diagnóstico fisioterápico para valorar si la lesión consiste en un esguince y su grado de alcance.


LO IMPORTANTE ES CURARLO “BIEN”

Aunque parezca una obviedad, un esguince bien curado es un problema menos en nuestra calidad de vida futura. Muchos de nuestros pacientes refieren hinchazón de tobillos o dolor en momentos puntuales (cuando empieza el calor o caminan por un tiempo prolongado, por ejemplo), que son consecuencia de una mala curación y ello repercute en no poder llevar determinado calzado o no practicar algún deporte determinado.

Inmovilizar un esguince leve o moderado (grados 1 ó 2) y limitar el apoyo del pie no es positivo. Cuando pasan 3 ó 4 días, la articulación del tobillo se resiente. De manera progresiva, se produce atrofia muscular, adherencias, rigidez y falta de estabilidad. Y lo que se pretende es que el pie vuelva a su rango original de movimiento (ROM). Aplicando una medida de inmovilización durante más tiempo del necesario sólo conseguiremos que la recuperación sea más lenta y que se produzcan esguinces de repetición porque el pie queda más débil. Es por este motivo que se recomienda acudir a un fisioterapeuta para que pueda hacer una valoración, importantísima para tratar la lesión y para pautar los pasos a seguir hasta la recuperación.

Y es que, al no tener una escayola o una férula que inmovilice nuestra lesión, el esguince empezará a curarse antes y fundamentalmente, gracias a ese tratamiento manual por parte del Fisioterapeuta.


TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA EN ESGUINCES DE TOBILLO

El tratamiento irá en función de los objetivos a conseguir:

– 1º reducir el edema del pie y del tobillo. Para ello se utiliza la «Crioterapia» (aplicación de hielo, cremas frías, vendas frías con compresión…), además de un masaje para drenar, acupuntura y vendaje compresivo si el edema es importante todavía. Y por supuesto, se recomienda mantener elevado el pie en casa o en el trabajo durante los primeros días.

– 2º recuperar la movilidad “normal” del tobillo y del pie. Esto se consigue a través de la terapia manual, las manipulaciones, el masaje de gemelos, sóleo, tibial anterior, peroneos y el masaje cyriax para el ligamento y las adherencias que se puedan haber formado. Al recuperar la movilidad, el paciente podrá apoyar el pie antes y con menos dolor. Aunque los primeros días camine ayudado por una o dos muletas, progresivamente apoyará cada vez más el peso por igual.

– 3º aliviar el dolor. Se consigue utilizando corrientes analgésicas tipo TENS, ultrasonidos, Diatermia y la aplicación de frío y masaje.

– 4º ayudar a la reparación del ligamento. En primera instancia, lo más importante será mantener acortados los extremos del ligamento para ayudar a su cicatrización y prevenir que quede laxo. Esto se conseguirá con un vendaje funcional o neuromuscular, que mantiene el tobillo en posición neutra evitando el movimiento causante del esguince, y a la vez permitiendo la movilidad en flexión – extensión necesaria para andar. Es decir, permite que el paciente camine al mismo tiempo que limita la movilidad lateral del tobillo. Otra forma de tratarlo será aumentando el aporte sanguíneo de la zona con termoterapia y masaje.

– 5º recuperar la función. Mediante ejercicios de fortalecimiento muscular para conseguir un equilibrio entre los músculos que realizan la inversión y la eversión de tobillo. Como hemos dicho anteriormente, el mecanismo más frecuente del esguince es la inversión, y por tanto, los músculos que se debilitarán más serán los eversores (peroneos, tibial anterior y extensor largo de los dedos) aunque está claro que, dependiendo del alcance la lesión y el tiempo que ha estado el tobillo inmovilizado, los músculos inversores también se presentarán débilies y acortados. Los ejercicios de fortalecimiento y estiramientos serán los que mejor ayuden en este punto además de contar con que el trabajo muscular se realizará con ejercicios isométricos y concéntricos, en las primeras fases, y más adelante con movimientos excéntricos que permitirán alargar los músculos acortados y eliminar adherencias.

Un punto aparte merece el caso de los pacientes deportistas. El fisioterapeuta planificará una tabla de ejercicios encaminados en recuperar el gesto deportivo y progresivamente readaptar el tobillo para el deporte.

– 6º prevenir recaídas. Fundamental el trabajo de PROPIOCEPCIÓN, tanto para recuperar la función como para prevenir nuevos esguinces. La propiocepción es el sentido que nos permite saber la posición de nuestro propio cuerpo incluso con los ojos cerrados, el hecho de mantenernos en equilibrio de forma inconsciente, responder automáticamente para evitar caídas, coordinar los movimientos de ambos lados del cuerpo, todo ello de forma involuntaria. Se da gracias a los llamados receptores propioceptivos y al sistema nervioso.

Los ejercicios propioceptivos se basan en crear desequilibrios sobre la articulación a tratar. En el caso del tobillo, serían ejercicios sobre una plataforma inestable, en apoyo unipodal, con los ojos cerrados, con una pelota, sobre la punta de los pies y con desequilibrios externos aplicados por el terapeuta.

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Etiquetas: , , , , , , Archivado en: crioterapia,esguince,propiocepción,Terapia Manual,tobillo Publicado en: 02/11/2016